24 octubre 2014

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Necesario abrir cielos

El Vie, 24 de Octubre de 2014, por David Páramo
David Páramo
David Páramo
Columnista de Excélsior.

Hay un grupo de trabajadores de la industria de la aviación que se siente sumamente preocupado por la posibilidad de que el gobierno mexicano cambie la política de aviación y permita las operaciones de cabotaje de empresas extranjeras.
Su pesar es compartido por los miembros del Consejo de Administración de Aeroméxico que, a pesar de tener una posición dominante en el mercado, presentan una gran cantidad de problemas e inflexibilidades laborales que, incluso en las condiciones actuales, hacen generar dudas sobre su viabilidad financiera y, quizá más importante, la hacen imposible si se permite la operación de líneas aéreas extranjeras en el territorio nacional.

Quienes están preocupados hablan de la pérdida de trabajos que se generaría y dan por un hecho que las líneas aéreas nacionales desaparecerían con la consecuente pérdida de empleos dentro del sector.
Argumentan que se trata de una industria de alta especialización y que les sería verdaderamente complicado conseguir trabajo si el gobierno federal a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, encabezada por Gerardo Ruiz Esparza, otorga las llamadas quintas libertades, también conocida como política de cielos abiertos.
Sin embargo, existe otra realidad que debe ser considerada: los consumidores.
La penetración de la aviación en México es muy baja como porcentaje del PIB en gran medida por las prácticas poco competitivas de las empresas que cobran precios excesivamente elevados a los que pretenden usar sus servicios.
Hay prácticas comerciales abusivas, que no se arreglan con actos tan ridículos como ineficientes como los emprendidos hace unas semanas por la titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, Lorena Martínez, que son parte de la política de esta mujer para hacer como que está muy activa sin que pase nada en el fondo. Después de esos cierres de ventanillas no se suspendieron las prácticas que consideraban como muy graves.
Más allá de la explicación automática de que en los vuelos internacionales los precios son más bajos por una mezcla bastante exótica de factores (el único importante es la competencia) lo cierto es que los tramos cortos en México son mucho más elevados que en países similares al de México.
Apertura
La apertura de cielos, que ha sido pedida especialmente por el sector turístico del país y de los gobernadores de entidades con vocación de atraer viajeros, se fortalece en un principio muy sencillo: si los nacionales no pueden dar el servicio en condiciones óptimas para las personas, pues entonces se debe abrir la oportunidad a los extranjeros.
En otros sectores de la economía esta política ha funcionado de una manera excelente. Quizá el ejemplo más acabado es el de la banca, puesto que no sólo mantienen una muy fuerte competencia los bancos de capital mayoritariamente extranjero en contra de bancos que son totalmente mexicanos. De hecho, las oportunidades de empleo crecieron a la par de la mejoría en la calidad y oportunidad de los servicios a favor de una mayor inclusión financiera.
La decisión es clara. Si las empresas mexicanas no tienen capacidad para dar mejores servicios a menor costo, pues entonces no sirven para el bienestar del país, así que se debe buscar a otros que cumplan con este cometido.
Si Aeroméxico no logra superar las inflexibilidades de su operación o VivaAerobus, Interjet o Volaris no pueden competir, pues entonces la decisión correcta es abrir los cielos.